Desde CT Grupo 4 Madrid, centro de tratamiento, rehabilitación y desintoxicación contra el alcoholismo y otras adicciones continuamos la reflexión iniciada en artículos anteriores por nuestro Director, Joaquín Bataller. En este artículo se reflexiona sobre el alcohol como alimento.
EL ALCOHOL NO ES UN ALIMENTO: Las bebidas alcohólicas están compuestas fundamentalmente por alcohol y agua, con muy pocas cantidades de vitaminas y minerales. Algunas bebidas contienen elevadas cantidades de hidratos de carbono.
El alcohol quemado en el organismo produce 7,1 calorías/gr. Pero son calorías poco útiles, que no tienen capacidad energetica. El alcohol puede producir unas 500 calorías de las 1500 que necesitamos diariamente, pero para ello ha de destruir sus reservas de glucosa en el metabolismo del acetaldehído. Además este metabolismo interfiere la absorción y almacenamiento de proteínas. La destrucción de las reservas de glucosa y la mala utilización de las proteínas conduce a la mala nutrición. Así pues, cuando una madre está dando a su hijo un pan untado con vino y azúcar, no lo está alimentando con el vino, sino con el pan y el azúcar
EL ALCOHOL NO ESTIMULA EL APETITO. En un principio produce un aumento de la secreción gástrica y por lo tanto de la sensación de apetito. Pero con el uso repetido produce gastritis por irritación local y como consecuencia atrofia de la mucosa y menor secreción de jugos gástricos, que da menos ganas de comer. Así pues al dar a un niño un vaso de vino quinado antes de comer con el pretexto de que la quina aumenta el apetito, no estamos haciendo otra cosa que producirle un daño en el estómago.